El hachís pakistaní es uno de los más apreciados del mundo porque se elabora con una cepa única de marihuana, utilizando métodos artesanos y ancestrales. Hoy día se pueden encontrar todos los matices aromáticos de este producto en nuevas versiones de CBD, con el añadido terapéutico de este cannabinoide.
Breve historia del hachís
La historia del hachís es sorprendentemente antigua, tanto que se remonta a la era del neolítico, cuando el ser humano descubrió los efectos anestésicos y analgésicos del cannabis. Milenios más tarde, comenzó a elaborarse hachís en Persia y Asia Central y desde ahí se distribuyó a Oriente Medio a través de la Ruta de la Seda, convirtiéndose en un producto muy apreciado, que se utilizaba con fines medicinales y religiosos.
Tradicionalmente, el hachís se elaboraba frotando entre las manos las flores maduras de las plantas de cannabis para formar charas o bolas. Después, con el inicio de la agricultura, comenzaron a usarse tamices para separar el polen de los cogollos.

El hachís ha tenido un gran peso en la cultura de muchas regiones, desde las laderas del Himalaya, hasta las zonas rurales de la India, pasando por Oriente Medio hasta el Norte de África. No llegó a Europa hasta el siglo XVIII, y enseguida se convirtió en una de las sustancias preferidas por las élites artísticas y literarias. Hoy día, sigue siendo una forma muy popular de consumir marihuana aunque la tecnología nos ha traído otras formas modernas de extracción. Aún así, hay tipos de hachís que son casi míticos y se encuentran entre los más apreciados entre los expertos y amantes de este producto. Uno de ellos es el hachís pakistaní rojo.
Qué hace especial al hachís pakistaní
La tradición del hachís en Pakistán también es muy antigua y se encuentra muy arraigada en la cultura del país. Además, esta zona situada entre montañas y con una amplia variedad de climas y suelos, es ideal para el cultivo de cannabis, un tipo de producción agrícola que es un oficio artesano, transmitido durante generaciones de padres a hijos.
La clave está en la marihuana Kush
De esta región, precisamente, proviene la marihuana Kush, una cepa legendaria de la cual provienen decenas de hibridaciones modernas. El nombre proviene de las montañas del Hindu Kush, donde comenzó a cultivarse esta planta que, durante siglos, fue desarrollando cualidades únicas adaptadas a las condiciones climáticas de este entorno.
Su resistencia a un clima adverso junto con su capacidad para dar cogollos grandes y resinosos,convirtieron a la Kush en una cepa muy codiciada en todo el mundo, hasta llegar a convertirse en la madre de muchas variedades actuales.

Cómo se elabora el hachís pakistaní
En cuanto al hachís, lo que lo hace especial es su forma de extracción, totalmente artesanal y natural. Es uno de los más apreciados y conocidos del mundo. Se elabora a partir de los tricomas extraídos de las flores de cannabis secadas. Primero se prepara el kief usando un tamiz y después se procesa para convertirlo en pasta. Para este proceso se usa una placa metálica que se calienta levemente con una llama, sobre la cual se mezcla el polen con un poco de té o de agua. Cuando la mezcla se espesa y toma consistencia, se trabaja a mano para darle forma de tableta o de torta.
Estas tortas se dejan envejecer varios meses envueltas en piel de cabra o de oveja para potenciar su aroma. El resultado es un hachís muy especial, de color muy oscuro, increíblemente aromático y con un toque picante. Los efectos son potentes y muy sedantes, debido a su enorme concentración de THC.
El Charas
En Pakistán también se usa el método de las charas para la extracción. Los recolectores frotan sus manos sobre las flores maduras de cannabis y van recogiendo la resina pegajosa que se adhiere a las palmas. Después esta pasta se prensa y se moldea para crear bolas o bloques de hachís. De esta forma se pueden conservar todos los cannabinoides y terpenos en su estado más puro, por lo que el producto final es de gran calidad y potencia. Las charas se hacen con los cogollos frescos, recién cosechados y tiene una textura suave y cremosa, de color marrón rojizo por fuera y algo más claro por dentro.

Efectos y características del hachís pakistaní
La experiencia, por lo tanto, va más allá de sus efectos psicotrópicos, ya que, a nivel sensorial es un concentrado especialmente intenso, lleno de riquezas y matices.
El hachís pakistaní se puede consumir vaporizado o fumado, mezclado con marihuana u otras hierbas. Al ser un concentrado muy intenso se recomienda empezar con pequeñas dosis para ir apreciando poco a poco sus aromas y sus potentes efectos relajantes.
Como conservarlo
Para conservar el hachís pakistaní en perfecto estado y conservar sus cualidades únicas, se debe guardar en un recipiente con cierre hermético para proteger el producto de la humedad. Además este recipiente debe estar guardado en un lugar seco y fresco, lejos de la luz directa del sol.
Otros tipos de hachís
Otros tipos de hachís con características únicas, por el tipo de marihuana utilizada y su método de producción son el hachís marroquí, el afgano, el hindú, el nepalí, el holandés, el libanés o el turco. Todas estas regiones tienen una cultura del hachís muy arraigada y son grandes productores mundiales de este producto, compitiendo directamente en calidad y aroma con el hachís pakistaní.