Efectos de la contaminación lumínica sobre las plantas

Cada cultivador tiene sus propios métodos. Los hay que prefieren montar su armario de cultivo de interior con todo lo necesario para sacar grandes resultados. También los que dedican parte de su jardín a sacar un verdadero festín. Y luego, aquellos con tiempo limitado y una preciosa terraza o patio bien organizado. Pero la contaminación lumínica en las plantas puede ser un problema.

Para los últimos, cultivar es casi como ver un documental a diario: te levantas de la cama, y te asomas a la terraza para ver el desarrollo de tu pequeña amiga. Dedicas el tiempo que puedes en darle un buen abono, los riegos que debe, mueves la maceta por toda la terraza para que reciba la mayor cantidad de luz. Cualquiera que haya cultivado en una terraza sabe a lo que nos referimos.

Pero existe un gran inconveniente con el cultivo exterior en terrazas o patios: las dichosas farolas. Durante la fase de floración, las plantas surgidas de semillas feminizadas requieren de 12 horas de luz y 12 de oscuridad. De esta forma, su desarrollo será perfecto, sin fisuras. Pero cuando vivimos en una ciudad o pueblo, las farolas, alumbrado o carteles de tiendas, pueden suponer un grave problema. Es lo que se conoce como contaminación lumínica.

Cómo saber si tu planta está afectada por la luz nocturna

Tras un tiempo de espera, que puede ser mayor o menor en función del tipo de planta que estés cultivando, pasaremos a la fase de floración. Existen diferencias entre las índicas y las sátivas, si tienes una índica, tardarás menos tiempo que con una sativa. Esta fase determinará el resultado de tu cosecha: si se ha respetado el régimen de abonados y ha tenido las horas de luz y oscuridad que necesita, tu cosecha será estupenda.

Pero, ¿y si hay algún factor que no funciona? En este caso, vamos a hablar de la iluminación. Cuando cultivamos en exterior, respetar las horas de luz es algo más complicado. Hay factores externos que pueden impedir la correcta iluminación de nuestras queridas plantas. Podemos detectar cuando existe algún problema, fijándonos bien.

Si vemos que nuestras plantas han entrado en la fase final del cultivo, hay que prestar especial atención. El crecimiento estable de los cogollos es la primera de las alertas. Cuando esto no ocurre, y se empiezan a espigar las flores, es un síntoma de que no están descansando lo suficiente. Otro factor es ver que, mientras los cogollos siguen sin crecer, los pistilos cambian a un color marrón. Este proceso de oxidación es una consecuencia directa de una contaminación lumínica nocturna de las plantas.

Métodos para evitar contaminación lumínica en las plantas de exterior

Por muy complicado que pueda parecer, este problema se puede solucionar. Deberemos buscar tiempo y trabajar para salvar la cosecha. El fin es ayudar a nuestras plantas a desarrollar grandes cogollos, protegidas de la luz de las farolas y otros factores externos.

Si no puedes mover las plantas de la terraza, lo más recomendable es que te hagas con una caja o algo parecido, y un par de mantas. La idea es montar una especie de lona que cubra a la planta y la proteja de esta luz durante la noche. Recuerda dejar una cara al descubierto (la que dé al interior de la cas), para que pueda respirar correctamente. Con un poco de celo o cinta americana, podrás montarlo y cubrir tus plantas durante la noche.

Por el contrario, si las macetas son manejables, podemos resguardar nuestro cultivo dentro de casa. Evita colocarlas en tu dormitorio, ya que las plantas por la noche absorben el oxígeno. Busca una habitación bien ventilada y déjalas ahí a oscuras. Por último, ponte una alarma para sacarlas a la terraza cuando el Sol aparezca. Así aprovecharás cada hora de luz y tus plantas crecerán sanas y fuertes.

Siguiendo estos sencillos pasos, podrás seguir cultivando tu marihuana sin problemas durante la floración. De no ser posible seguir las recomendaciones de este post; ya sea por falta de tiempo o espacio, hazte con semillas de marihuana automáticas. Este tipo de plantas no se rigen por ciclos lumínicos, y pueden estar perfectamente 20/22 horas con luz. Así conseguirás cogollos de gran calidad, sin ‘ataduras lumínicas’.