La marihuana tiene un efecto muy relajante en la persona que la consume y te predispone al buen rollo y a las risas. Sin embargo, cuando se dice que fumar porros te cambia la cara no se refiere a esto exactamente. ¿Hay algo de cierto en esta afirmación, o está basada en el prejuicio?
Fumar porros te cambia la cara, ¿verdad o mito?
No se sabe en qué momento comenzó a circular la idea de que fumar porros te cambia la cara, pero es muy posible que surgiese de la creencia de que la marihuana es una sustancia muy tóxica para el cuerpo y del estereotipo del consumidor de drogas físicamente desaliñado y prematuramente demacrado.
La realidad no es tan exagerada y los efectos de la marihuana son más progresivos y sutiles, dependiendo también de la frecuencia de consumo, la genética, el cuidado de la piel y el tipo de alimentación. Al igual que ocurre con el tabaco, la piel se resiente, pero es algo que ocurre a largo plazo.

Cómo afectan los porros al organismo
Pero para saber por qué fumar porros te cambia la cara, antes hay que entender qué compuestos tiene la marihuana y cómo afectan al organismo. Esta planta contiene más de 100 compuestos químicos clasificados como cannabinoides. Los dos más abundantes y conocidos son el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD).
Por un lado, el THC es el compuesto responsable de los efectos que se buscan cuando se consume marihuana. Pero además de esta sensación gratificante de bienestar y euforia, esta sustancia también puede causar algunos efectos físicos no tan agradables como el enrojecimiento de los ojos y un envejecimiento prematuro de la piel.
Por otro lado, el CBD, tiene interesantes propiedades terapéuticas gracias a sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y analgésicos. Como compuesto aislado puede ser beneficioso para la piel, pero generalmente los productos de marihuana son más ricos en THC que en CBD. Existe la opción de fumar flores de cannabis ricas en CBD y con una concentración prácticamente insignificante de THC, pero los efectos negativos del humo de la hierba combustionada tienen más peso que las propiedades buenas.

Los daños que causa el humo
Los ingredientes de la marihuana son diferentes de la planta de tabaco. Al ser un producto natural, sin manipular, simplemente recolectado de la planta, es fácil pensar que es más saludable, sin embargo, el principal problema es el humo de la combustión. Quemar las hojas de marihuana para inhalar su humo libera radicales libres que dañan el ADN de nuestra piel. Además, este humo contiene más de 30 químicos potencialmente cancerígenos y es alto en hidrocarburos, unas moléculas que dañan la producción de colágeno al contacto con la piel.
Por qué fumar porros te cambia la cara
Pero veamos con más detalles cómo fumar porros te cambia la cara.
Aumento de peso
La marihuana, más concretamente el THC, interactúa con el cerebro activando los receptores cannabinoides que se ubican en el área donde se regula el apetito. Cuando el THC se une a estos receptores, aumenta la liberación de sustancias químicas como la grelina, que es la hormona que provoca la sensación de hambre. Por lo tanto, el consumo habitual de marihuana puede aumentar la ingesta de alimentos y provocar un aumento de peso, algo que se puede manifestar en la cara, aunque no siempre ocurre. También hay muchas personas que fuman con frecuencia y no experimentan ningún cambio en su peso.

Arrugas en la piel
El humo de la marihuana puede afectar a la piel a largo plazo porque provoca una disminución de la producción de colágeno. El colágeno es una proteína que actúa como un pilar estructural en la piel, dándole firmeza, volumen y elasticidad. El daño al colágeno puede causar un envejecimiento prematuro de la piel que se manifiesta con pérdida de elasticidad, flaccidez y arrugas.
Problemas de acné
Según algunos estudios, el consumo constante de marihuana puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de acné. Esto se debe a que el THC altera el sistema endocannabinoide, que regula la producción de sebo. El sebo es un aceite natural que producen las glándulas sebáceas de la piel para mantener la hidratación. Sin embargo, cuando hay un exceso, los poros se pueden obstruir, inflamarse e infectarse. Además, la marihuana también tiene efectos sobre el sistema inmunológico, lo que podría agravar la inflamación y empeorar el acné o la rosácea, si ya se padecían previamente estas condiciones.
Descamación en la piel
La marihuana puede hacer que aumente la producción de sebo en la piel de algunas personas, pero también puede provocar el efecto contrario, y causar deshidratación y descamación en la piel.

Ojos rojos
Cuando nos dicen que fumar porros te cambia la cara, lo primero en lo que pensamos es en un fumador con los ojos rojos. Esto ocurre porque el THC hace que se reduzca la presión intraocular (por eso es un tratamiento recomendado para el glaucoma), lo que suele provocar ese enrojecimiento tan característico. Al dilatarse los vasos sanguíneos también pueden aparecer venas más visibles, sobre todo en las mejillas o alrededor de los ojos.
Manchas oscuras
El humo suele causar estrés oxidativo y esto afecta a la producción de melanina. Esto puede dar lugar a manchas oscuras o un tono desigual en la piel.
En resumen, fumar porros te cambia la cara pero después de años de consumo habitual. El daño en la piel se debe tanto al impacto del humo como a los efectos internos en el cuerpo del THC. La mejor forma reducir un poco los daños en la piel sería evitar fumar y elegir otras formas de consumo como las pipas o los vaporizadores.