El Dry Farming, o agricultura de secano, es una forma de cultivo que está ganando mucha popularidad entre los aficionados al cannabis en los últimos años. Esta variante, basada en el uso exclusivo del agua terrestre o la lluvia para regar las plantas, comenzó a instaurarse en el año 2016 en el condado de Humboldt (California) debido a las enormes sequías que sufrieron en la zona. Además, muchos agricultores emigraron al lugar ya que su irregular geografía mantenía las cosechas ocultas de las miradas ajenas y continuaron una cultura que ha supuesto un antes y un después en el mundo del cannabis.
La agricultura de secano surgió en la Revolución Industrial del siglo XVIII gracias a la máquina agrícola que permitió el cultivo en terrenos que antes eran considerados estériles. Este descubrimiento generó una emigración masiva de agricultores hacia las nuevas zonas de cultivo, algo similar a lo que está ocurriendo actualmente en ciertos lugares como Humboldt en el terreno del cannabis.
¿Cómo funciona el Dry Farming?
Debido a la imposibilidad de regar la cosecha de forma manual en este método de cultivo, las dos opciones de la planta para hidratarse pasan por la lluvia y el suelo. Ya que la primera es aleatoria, el agricultor debe realizar ciertas acciones en el terreno para asegurarse que el agua subterránea llega a las raíces de la planta: “Después de la plantación hay que raspar los capilares del suelo, lo que favorece el movimiento del agua de abajo hacia arriba”, comenta Sunshine Cereceda, fundador de Sunboldt Grown, en el medio MJ Biz Daily.
Además, admite que le sorprendió el funcionamiento de este método: “Los días más calurosos, cuando el suelo más calienta, es cuando más humedad tiene. Es por la evaporación. El suelo se calienta, el agua se evapora y se mueve hacia la superficie, llegando a las raíces”, explica Cereceda.
Sin embargo, usando este método de cultivo hay que tener en cuenta aspectos como la lluvia o los accidentes geográficos que juegan a favor de la cosecha. En el caso de Cereceda, fundó Sunboldt al pie de una colina, lo que hace descender el agua de lluvia y el deshielo directamente al cultivo.
Beneficios del Dry Farming en el cannabis
Debido a la sequía que sufrió California en el año 2016, los agricultores de cannabis tuvieron que probar nuevas formas de hacer crecer sus cosechas. Sin embargo, dar el paso no fue nada fácil: “El cultivo en seco no es para los débiles de corazón”, comenta Sunshine Johnston, agricultora profesional, en una entrevista con Cannabis Now. La cultivadora asegura que, cuando vio a sus plantas crecer de forma más lenta y pobre, estaba segura de haber cometido un error. Sin embargo, la cosecha se fue recuperando y, de hecho, formó cogollos más grandes, con más resina y con cantidades de THC de hasta un 30,5%.
Por su parte, Cereceda admite que la agricultura de secano potencia el sabor puro del cannabis: “No tengo exceso de agua en mis cogollos, por lo que se seca y cura muy bien. Además, al tener menos interferencia con el crecimiento de la planta vas a sentir más el sabor de cada genética”.
Por lo tanto, los agricultores que han cosechado marihuana usando la agricultura de secano han notado que la ausencia de fertilizantes y otros productos en las plantas potencia el sabor de los cogollos, así como su cantidad de resina, tricomas y cannabinoides. Además, las condiciones del suelo reducen de forma drástica la aparición de hongos, malas hierbas y plagas que puedan echar por tierra nuestra cosecha, lo que genera menos preocupaciones a los cultivadores.
Finalmente, y aunque pueda parecer lo contrario, las plantas son más pequeñas pero no contienen menos flores, ya que el desarrollo total de su cosecha hace que se llene de cogollos de una calidad superior en toda su superficie.
¿El Dry Farming reduce el impacto medioambiental?
Ventajas
Es indudable que el medio ambiente se ve beneficiado por la eliminación del uso de agua en la cosecha. Debido a esto, se podría concluir que el cannabis no es una planta que necesite tanta hidratación como se le da en la mayoría de cultivos: “Aprendí que a las plantas les va mejor con menos agua y menos fertilizante. Había escuchado eso antes, pero realmente no lo entendí hasta que lo experimenté”, comenta Johnston, siguiendo la misma línea que Cereceda: “Tradicionalmente, el cultivo de cannabis requería mucha agua, pero yo lo hago con pequeñas cantidades. El cannabis que se cultiva con una agricultura realmente intensiva simplemente no es necesario”.
Por todo ello, el gasto de agua en los cultivos de cannabis se está controlando cada vez más en las zonas donde la marihuana es legal, como California. Al poder cosechar libremente, las granjas controlan mucho más el gasto medioambiental, como el uso de agua de los ríos o pozos. Este aspecto favorecerá la implantación de un cultivo de cannabis sostenible para los próximos años.
Inconvenientes
Sin embargo, hay un contra del que muy poca gente habla en este tipo de cultivo: la erosión del suelo: “Hay algunos problemas con la agricultura de secano. Sí, es genial no usar agua. Pero, ¿estamos comprometiendo nuestro suelo? ¿Qué es más importante, no usar agua o conservar el suelo? Me inclino un poco hacia lo segundo”, explica Cereceda.
El agricultor apunta al sobreesfuerzo del terreno al encargarle totalmente el proceso de hidratación de la planta. Debido a esta carga de trabajo, el suelo queda desnudo y, sumado a la labranza necesaria para abrir los capilares del suelo que generan hidratación, se erosiona: “Estoy buscando formas de cultivar en seco donde no tenga tanta tierra descubierta y, además, pueda ser más ligero en la labranza manteniendo los niveles de agua”, concluye Cereceda.
Además, finaliza dando ideas para reducir el impacto del Dry Farming en el terreno, como evitar los tractores y máquinas (o usar las que menos agresivas sean con el suelo) o esparcir astillas de madera sobre las áreas estériles para mantener abiertos los capilares de la tierra.
En conclusión, el Dry Farming es un método de cultivo que es beneficioso para el medio ambiente y cosecha plantas fuertes, sanas y más potentes. Por ello, no es descartable que pronto traspase las barreras estadounidenses para comenzar a implantarse en otros lugares del mundo.
