¿Te has preguntado alguna vez cómo afectan los porros a la relación de pareja? Fumar marihuana en pareja puede ser un momento compartido muy divertido y relajante, pero el cannabis también puede causar muchos problemas en la relación. Todo depende de cómo se utilice.
El consumo de marihuana no siempre es problemático
La marihuana es una droga que poco a poco se va liberando de su estigma y cada vez es más aceptada y tolerada en nuestra sociedad. Sin embargo, no podemos ignorar que se trata de un psicotrópico que altera la percepción y el comportamiento y esto puede generar dificultades en la toma de decisiones y en la comunicación, lo que a su vez, podría llegar a afectar negativamente a una relación de pareja.

El consumo de porros no tiene por qué ejercer una mala influencia en la pareja. Todo depende de las circunstancias personales, de la forma en la que cada uno se relaciona con la sustancia y del lugar que ocupa en su vida. Lo relevante no es la marihuana en sí misma, si no el tipo de uso que se le da y cómo afecta a la dinámica de pareja.
Si una persona fuma porros de vez en cuando y de forma responsable, su pareja lo entiende y no tiene problema con ello, difícilmente supondrá un problema dentro de la relación. Ocurre algo similar con el alcohol; generalmente la gente acepta que se consuma de forma moderada, en el contexto adecuado y ello no interfiere en la comunicación de la pareja ni suele generar conflictos.
Pero si el consumo se vuelve más habitual y empieza a ocupar un lugar central en la vida de alguno de los miembros de la pareja, esto puede comenzar a afectar a los planes conjuntos y al bienestar general de la relación. La dependencia siempre trae angustia y complicaciones al hogar y a toda la familia, pero ni siquiera hace falta llegar hasta ese punto para que los porros pongan en jaque a una relación.

Cómo afectan los porros a la relación de pareja: situaciones conflictivas
Existen diferentes situaciones bastante comunes en las que el consumo de marihuana puede provocar tensiones en la pareja.
Cuando uno fuma en secreto
El hecho de fumar a escondidas y ocultar a la pareja que está consumiendo marihuana puede ser una fuente de grandes conflictos. Al descubrirlo, la persona puede sentirse traicionada y sentir que se ha roto la confianza de forma irreparable. Las dudas sobre por qué se le ha ocultado esto y si se esconden más secretos puede destruir la conexión y deteriorar la relación.
Cuando la pareja no lo acepta
A veces el conflicto proviene de los prejuicios que tiene la pareja sobre la marihuana. Si alguien asocia los porros con delincuencia, pereza e irresponsabilidad, le será muy difícil aceptar que su pareja consuma marihuana, incluso aunque lo haga de forma esporádica y responsable. Esta situación puede generar discusiones y poner en duda la compatibilidad de la pareja. Probablemente uno de los dos tendrá que hacer algún sacrificio, la cuestión es, hasta qué punto se está dispuesto a ceder.

Cuando afecta a la comunicación o al desempeño cotidiano
El THC de la marihuana afecta directamente al estado cognitivo de la persona, y esto puede llegar a limitar la capacidad para comunicarse con la pareja. La persona que ha fumado y está colocada, suele ser menos accesible porque se encuentra en su propio mundo, por lo que la parte sobria puede sentirse aislada o rechazada.
Por otra parte, alguien que está con frecuencia bajo los efectos de esta sustancia, no puede satisfacer las necesidades emocionales de su pareja ni resolver problemas con eficiencia. Además, también puede provocar distracciones, olvidos y falta de atención en tareas cotidianas y responsabilidades diarias, y esto suele derivar en conflictos y discusiones.
Cuando afecta a la vida sexual
El consumo de marihuana puede afectar a la vida sexual de formas muy diferentes, dependiendo del tipo de consumidor, del nivel de THC, de la dosis, de la forma de administración, de la experiencia previa, de la personalidad o del contexto. Para algunas personas puede ser un eficaz estimulante que aumenta la sensibilidad y la conexión. Pero también hay casos en los que puede provocar falta de deseo y una disminución de la energía. Algunos estudios han demostrado que el uso constante de marihuana puede provocar disfunción sexual, tanto en hombres como en mujeres. Cuando los porros comienzan a afectar a la intimidad de la pareja, puede convertirse en una fuente de frustración y resentimiento.
Cuando afecta a la economía del hogar
El consumo de marihuana no es barato y en muchos casos tiene que conseguirse de forma ilegal (salvo que se consiga acceder a un club cannábico o se opte por el autocultivo), algo que puede ser, por sí mismo, fuente de tensiones. Por otra parte, los propios efectos de la droga pueden conllevar una disminución del rendimiento y la motivación laboral y repercutir en la capacidad económica de la pareja.

Cuando hay un problema de adicción
El THC es una sustancia que puede causar dependencia, así que el riesgo de desarrollar adicción es una posibilidad innegable. Cuando el consumo pasa de ser ocasional y se convierte en un hábito compulsivo que afecta a otros aspectos de la vida de la persona, entonces nos encontramos ante un problema serio de adicción. La adicción hace que la sustancia se convierta en la prioridad de la persona afectada, que deja de lado todo lo demás incluyendo a su pareja.
Teniendo claro cómo afectan los porros a la relación de pareja el siguiente paso es tener una conversación tranquila sobre el tema. Es importante exponer opiniones, miedos y emociones, y también escuchar al otro con empatía, para poder negociar y llegar al mejor acuerdo para ambas partes.