El cloro es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas, pero en exceso puede convertirse en un enemigo silencioso. A continuación te explicamos cómo identificar el exceso de cloro en plantas, sus efectos negativos y las soluciones prácticas para corregirlo y prevenirlo. Además, te daremos consejos sobre cómo elegir el agua de riego adecuada y mantener un cultivo saludable y sostenible.
¿Qué es el cloro y por qué es importante para las plantas?
El cloro (Cl) es un elemento químico que, aunque a menudo se asocia con la desinfección del agua, también desempeña un papel crucial en el desarrollo de las plantas. Es uno de los micronutrientes esenciales que las plantas necesitan en pequeñas cantidades para llevar a cabo funciones vitales. A pesar de que su requerimiento es mínimo, su ausencia o exceso puede tener efectos serios en la salud y el crecimiento de los cultivos.
El cloro en la naturaleza
El cloro se encuentra de forma natural en el suelo, el agua y la atmósfera. En el suelo, está presente en forma de cloruros, que son compuestos iónicos solubles en agua. Las plantas absorben el cloro principalmente a través de las raíces, aunque también pueden tomarlo en pequeñas cantidades a través de las hojas.
Funciones del cloro en las plantas
El cloro participa en varios procesos fisiológicos clave que son esenciales para el crecimiento y desarrollo de las plantas. A continuación, detallamos sus funciones más importantes:
- Fotosíntesis. El cloro es fundamental para la fotosíntesis, el proceso mediante el cual las plantas convierten la luz solar en energía química.
- Regulación de los estomas. Los estomas son pequeñas aberturas en las hojas que permiten el intercambio de gases, como la entrada de dióxido de carbono (CO₂) y la salida de oxígeno (O₂). El cloro ayuda a regular la apertura y cierre de estos estomas.
- Equilibrio iónico y osmótico. El cloro actúa como un ion regulador dentro de las células vegetales. Ayuda a mantener el equilibrio osmótico, es decir, la presión necesaria para que las células se mantengan turgentes y funcionales.
- Resistencia a enfermedades. Estudios han demostrado que el cloro puede mejorar la resistencia de las plantas a enfermedades causadas por hongos y bacterias.
- Activación enzimática. El cloro es un cofactor esencial para ciertas enzimas, como la anhidrasa carbónica, que participa en la fijación de CO₂ durante la fotosíntesis. Sin cloro, estas enzimas no pueden funcionar correctamente.
¿Cuánto cloro necesitan las plantas?
Aunque el cloro es esencial, las plantas lo requieren en cantidades muy pequeñas, generalmente en el rango de 0.2 a 0.4 mg por gramo de materia seca. La mayoría de los suelos y fuentes de agua contienen suficiente cloro para satisfacer estas necesidades, por lo que rara vez es necesario añadirlo como fertilizante.
El cloro es un claro ejemplo de que «menos es más» en el mundo de la nutrición vegetal. Mientras que una cantidad adecuada de cloro beneficia a las plantas, un exceso puede ser tóxico y causar problemas como quemaduras en las hojas, inhibición del crecimiento y daños en las raíces. Por eso, es fundamental entender cómo manejar los niveles de cloro en el agua de riego y el sustrato.

¿Cómo se produce el exceso de cloro en las plantas?
El exceso de cloro en las plantas es un problema que puede surgir por diversas razones, muchas de las cuales están relacionadas con prácticas comunes en el cultivo y el riego. Aunque el cloro es un micronutriente esencial, su acumulación en el sustrato o en los tejidos vegetales puede ser tóxica y perjudicial para el crecimiento de las plantas. A continuación, exploramos las principales fuentes y causas del exceso de cloro.
Agua de riego con alto contenido de cloro
Una de las fuentes más comunes de exceso de cloro en las plantas es el agua de riego. Muchas fuentes de agua potable, especialmente en áreas urbanas, contienen cloro añadido como parte del proceso de desinfección. Este cloro, aunque seguro para el consumo humano, puede ser dañino para las plantas si no se maneja adecuadamente.
Uso excesivo de fertilizantes con cloruros
Algunos fertilizantes contienen cloruros como parte de su composición. Aunque estos fertilizantes pueden ser útiles en ciertos contextos, su uso excesivo o inadecuado puede llevar a una acumulación de cloro en el sustrato. Estos son algunos fertilizantes comunes que contienen cloruros:
- Cloruro de potasio (KCl). Ampliamente utilizado como fuente de potasio.
- Cloruro de calcio (CaCl₂). A veces se usa para corregir deficiencias de calcio.
- Cloruro de amonio (NH₄Cl). Un fertilizante nitrogenado que también aporta cloro.
Sustratos de baja calidad o mal drenados
El tipo de sustrato utilizado también puede influir en la acumulación de cloro. Los sustratos de baja calidad o con un drenaje deficiente tienden a retener sales, incluyendo cloruros, lo que aumenta el riesgo de toxicidad. Por otra parte, los sustratos compactados, impiden el flujo de agua y favorecen la acumulación de sales.
Síntomas del exceso de cloro en las plantas
El exceso de cloro en las plantas puede manifestarse de varias maneras, tanto en la apariencia física como en su desarrollo general. Identificar estos síntomas a tiempo es crucial para tomar medidas correctivas y evitar daños irreversibles.

Daños en las hojas por exceso de cloro
Los síntomas visuales son la primera señal de que algo no está bien con tus plantas. Aquí te explicamos cómo reconocerlos.
- Quemaduras en las hojas. Las puntas y los bordes de las hojas se vuelven marrones o amarillentos, como si estuvieran quemadas. Inicialmente, las quemaduras aparecen en las hojas más viejas, pero pueden extenderse a las hojas más jóvenes si el problema persiste.
- Clorosis. Las hojas pierden su color verde intenso y se vuelven pálidas o amarillentas. A diferencia de la clorosis causada por deficiencias de nutrientes, la clorosis por exceso de cloro suele aparecer primero en las hojas más viejas.
- Necrosis foliar. Aparecen manchas marrones o negras en las hojas, que eventualmente se secan y mueren. Las áreas necróticas pueden expandirse y causar la caída prematura de las hojas.
- Marchitamiento. Las hojas lucen caídas y flácidas, incluso cuando el sustrato está húmedo. El exceso de cloro daña las raíces y reduce su capacidad para absorber agua y nutrientes.
Efectos en el crecimiento y rendimiento
Además de los síntomas visuales, el exceso de cloro puede tener un impacto profundo en el crecimiento y la productividad de las plantas.
- Crecimiento atrofiado. Las plantas muestran un desarrollo lento o desigual, con tallos cortos y hojas pequeñas.
- Daño a las raíces. Las raíces se vuelven más cortas, gruesas y de color oscuro. En casos severos, pueden aparecer lesiones o podredumbre.
- Reducción de la fotosíntesis. El exceso de cloro interfiere con la fotosíntesis al dañar los cloroplastos, las estructuras celulares responsables de este proceso. La planta produce menos energía, lo que se traduce en un crecimiento más lento y una menor producción de flores y frutos.
- Desequilibrio nutricional. El cloro en exceso puede competir con otros nutrientes, como el nitrógeno y el potasio, y reducir su absorción. Esto puede llevar a deficiencias secundarias que agravan los problemas de la planta.
¿Cómo diferenciar el exceso de cloro de otros problemas?
Los síntomas del exceso de cloro pueden confundirse con los de otras deficiencias o toxicidades. Aquí tienes algunas claves para diferenciarlos:
| Síntoma | Exceso de Cloro | Déficit de Nitrógeno | Toxicidad por Sodio | Estrés Hídrico |
|---|---|---|---|---|
| Quemaduras en hojas | Puntas y bordes de hojas marrones o amarillentas, especialmente en hojas viejas. | No hay quemaduras; hojas completamente amarillas. | Quemaduras generalizadas en toda la hoja; las hojas pueden enrollarse. | No hay quemaduras; las hojas se marchitan y secan. |
| Clorosis | Amarillamiento en hojas viejas, comenzando en los bordes y avanzando hacia el centro. | Amarillamiento uniforme en hojas viejas, sin quemaduras. | Amarillamiento irregular, a menudo acompañado de quemaduras. | Amarillamiento leve, generalmente en hojas más jóvenes. |
| Marchitamiento | Hojas caídas incluso con el sustrato húmedo. | Hojas caídas, asociadas a un crecimiento lento. | Hojas caídas y enrolladas, aspecto quemado. | Hojas caídas solo cuando el sustrato está seco. |
| Crecimiento atrofiado | Crecimiento lento, tallos cortos y hojas pequeñas. | Crecimiento lento, hojas pequeñas y amarillentas. | Crecimiento muy lento, con hojas gruesas y quemadas. | Crecimiento lento, hojas secas y quebradizas. |
| Raíces | Raíces cortas, gruesas y oscuras; pueden presentar lesiones. | Raíces normales, pero la planta no absorbe suficiente nitrógeno. | Raíces pueden verse afectadas por la acumulación de sales. | Raíces secas y quebradizas debido a la falta de agua. |
| Otros síntomas | Necrosis en las puntas de las hojas y posible caída prematura de hojas. | Hojas viejas se caen prematuramente; crecimiento general débil. | Acumulación de sales visibles en la superficie del sustrato. | Sustrato seco y agrietado; hojas pueden volverse quebradizas. |
¿Cómo medir los niveles de cloro?
Medir los niveles de cloro en el agua de riego y el sustrato es un paso esencial para prevenir y corregir problemas de toxicidad en las plantas. Afortunadamente, existen herramientas y métodos accesibles que te permiten evaluar la concentración de cloro con total precisión.
Medir el cloro en el agua
El agua de riego es una de las principales fuentes de cloro, por lo que es fundamental evaluar su concentración antes de usarla. Existen varias formas para medir este nivel.
- Tiras reactivas. Son fáciles de usar y permiten obtener resultados rápidos. Simplemente sumerges la tira en el agua y esperas unos segundos para comparar el color con la escala de la tira.
- Test de gotas. Consiste en añadir unas gotas de reactivo a una muestra de agua. El cambio de color indicará el nivel de cloro.
- Medidor digital de cloro. Es una opción más precisa y profesional, ideal si se necesita un control más estricto.
Medir el cloro en el sustrato
Como hemos visto, el cloro también puede acumularse en el sustrato, especialmente si se usa agua clorada o fertilizantes con cloruros, así que también hay medir la concentración por su fuera necesario cambiar el sustrato.
- Lixiviado. Para medir el cloro en el sustrato, puedes hacer un lixiviado. Consiste en regar el sustrato con agua destilada, recoger el agua drenada y luego medir el cloro en ella, usando alguno de los métodos mencionados anteriormente. Este método es útil porque el cloro en el sustrato se libera al agua.
- Medidores de cloro para suelos. Existen algunos medidores específicos para suelos que pueden proporcionar una medición directa, aunque suelen ser menos comunes que los de agua.

Cómo se interpretan los resultados
Generalmente, las herramientas y kits para medir el cloro incluyen en las instrucciones la guía para interpretar los resultados. Los niveles aproximados son los siguientes:
| Medición de Cloro | Nivel Seguro | Nivel Preocupante | Nivel Tóxico |
|---|---|---|---|
| Agua | Menos de 0.5 ppm de cloro | Entre 0.5 y 2 ppm | Más de 2 ppm |
| Sustrato | Menos de 50 ppm de cloruros | Entre 50 y 200 ppm | Más de 200 ppm |
Medir otros valores
El exceso de cloro puede afectar tanto al pH como a la EC del agua y del sustrato, aunque no siempre de forma evidente. El cloro en forma de hipoclorito sódico (como en el agua del grifo) suele elevar el pH, haciéndolo más alcalino. Sin embargo, si el cloro reacciona con otros compuestos del suelo, puede generar ácidos y disminuir el pH.
El cloro en exceso aumenta la electroconductividad (EC) porque añade sales solubles al agua y al sustrato, lo que puede dificultar la absorción de otros nutrientes esenciales. La pregunta que surge es, ¿se puede detectar el exceso de cloro solo midiendo el pH, la EC y observando síntomas? Sí, pero con limitaciones. Si notas que el pH se descontrola (se vuelve más alto o inestable) y la EC sube sin haber añadido fertilizantes, podría ser una señal de acumulación de cloro o cloruros en el sustrato.
¿Qué hacer si detectas niveles altos de cloro?
Si detectas niveles altos de cloro en el agua o el sustrato, es importante actuar rápido para evitar daños en las plantas.
Lavado de raíces
El lavado de raíces es una técnica efectiva para eliminar el exceso de sales, incluyendo cloruros, del sustrato. Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Prepara agua limpia. Usa agua filtrada, de lluvia o reposada (sin cloro).
- Riega abundantemente. Aplica el agua lentamente sobre el sustrato hasta que salga por los agujeros de drenaje.
- Opcionalmente, puedes añadir productos especiales para el lavado de raíces, que ayudan a una limpieza más profunda.
- Repite el proceso. Realiza este procedimiento 2-3 veces para asegurarte de que las sales se hayan eliminado.
- Evita deficiencias nutricionales. Después del lavado, aplica un fertilizante equilibrado para reponer los nutrientes perdidos.
Reemplaza el sustrato
Si el sustrato está muy saturado de cloruros, es posible que necesites cambiarlo por uno nuevo. Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Retira la planta con cuidado. Saca la planta de la maceta y elimina el sustrato viejo de las raíces.
- Enjuaga las raíces con agua limpia para eliminar restos de sustrato contaminado.
- Prepara el nuevo sustrato. Usa un sustrato de alta calidad y con buen drenaje.
- Coloca la planta en la nueva maceta con el sustrato fresco.
Cambia el agua de riego
Si el agua que usas contiene niveles altos de cloro, es fundamental cambiarla por una fuente más adecuada. Aquí tienes algunas alternativas:
- Agua de lluvia: es una excelente opción, ya que está libre de cloro y otros químicos.
- Agua reposada: deja el agua en un recipiente abierto durante 24-48 horas para que el cloro se evapore.
- Agua filtrada: usa un filtro de carbono o un sistema de ósmosis inversa para eliminar el cloro.
- Añade tiosulfato de sodio. Este compuesto neutraliza el cloro de forma instantánea, pero úsalo con precaución para no alterar el equilibrio del agua.
Ajusta el pH y la EC del sustrato
Cómo decíamos antes, el exceso de cloro puede alterar el pH y la electroconductividad (EC) del sustrato, lo que afecta la absorción de nutrientes, así que hay que corregir ambas cosas.
- Mide el pH y la EC. Usa un medidor de pH y EC para evaluar las condiciones del sustrato.
- Ajusta el pH. Si el pH es demasiado alto o bajo, usa productos específicos para corregirlo (por ejemplo, ácido cítrico para bajar el pH o cal para subirlo). Lo más habitual es que tengas que acidificar el suelo.
- Controla la EC. Realiza un lavado de raíces si la EC es demasiado alta y evita el uso excesivo de fertilizantes.
Fortalece las plantas después del estrés por cloro
Si las plantas han sufrido mucho por el exceso de cloro, es conveniente darles algún suplemento que les ayude a recuperarse.
- Aplica micorrizas y bacterias beneficiosas que favorecen la recuperación de las raíces y mejoran la absorción de nutrientes.
- Usa bioestimulantes como extractos de algas o aminoácidos, que refuerzan la resistencia de las plantas.
- Vigila los síntomas. Hojas amarillentas, puntas quemadas o crecimiento lento pueden indicar que el cloro sigue afectando la planta.
En resumen, el exceso de cloro en las plantas, especialmente en el cultivo de marihuana, es un problema que no debe subestimarse. Es importante detectarlo a tiempo y aplicar las soluciones adecuadas para mantener la salud y el rendimiento de tus plantas. El agua del grifo que usamos con frecuencia a menudo contiene niveles de cloro que pueden ser perjudiciales para muchas plantas. Por eso, lo mejor es aplicar una serie de medidas preventivas para evitar posibles daños en el cultivo. Si quieres seguir aprendiendo sobre cómo cuidar tus plantas de cannabis, no te pierdas las próximas entradas del blog.











