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Cómo cultivar marihuana en climas húmedos

Los climas húmedos pueden llegar a ser considerablemente perjudiciales para el correcto desarrollo de las plantas de cannabis, si los niveles higrométricos superan los parámetros adecuados para cada ciclo vital. En primer lugar, es conveniente diferenciar las características de los dos escenarios atmosféricos más significativos, para saber cómo cultivar marihuana en climas húmedos.

El clima tropical húmedo presenta durante todo el año temperaturas altas de escasa oscilación térmica e intensas lluvias, siempre superiores a los 2500 milímetros por año. Se da en gran parte de América del Sur, Asia, África Central, así como en el norte de Australia y Centroamérica. Además, otra de sus principales características climatológicas es que no presenta una estación verdaderamente fría en invierno.

Por otro parte, el clima continental húmedo muestra precipitaciones constantes durante todo el año. En verano acaecen lluvias que pueden presentarse en forma de tormenta y lo más habitual es que en invierno se produzcan nevadas. Se sitúa en el hemisferio norte, aproximadamente de 40º N hasta 70º N, con temperaturas polares durante los meses de noviembre, diciembre y enero que, cuya influencia climática causa regiones atmosféricas como borrascas.

Cada variedad de cannabis requiere unas condiciones meteorológicas concretas para garantizar un correcto crecimiento, sin embargo todas coinciden en que unos altos niveles de vapor de agua no son beneficiosos. Cabe señalar que los cálices desarrollan una especial sensibilidad a una excesiva humedad, lo que puede ocasionar la podredumbre de la flor o la aparición de Botrytis.

Esta enfermedad es una de las más comunes y dañinas para las plantas de cannabis, especialmente en la fase vegetativa, la cual puede afectar a toda su anatomía. Principalmente, se refleja en una textura seca y un color marrón o gris con una apariencia deshidratada. Según avanza, el follaje se necrosa y el hongo puede desarrollarse en todas las superficies del ejemplar (tallo, ramas, hojas y flores), formando un micelio grisáceo. Incluso después de su cosecha, manicurado y secado, esta enfermedad fúngica puede seguir presente en los cogollos. Para su erradicación es primordial podar todas las zonas afectadas con unas tijeras esterilizadas con alcohol.

Existen cepas asombrosamente resistentes que son capaces de soportar condiciones climáticas adversas. Se debe prestar especial atención a la cantidad y la frecuencia de riego respecto a estas genéticas de marihuana en climas húmedos, ya que el agua suministrada no se evapora a la misma velocidad que en ambientes áridos. Esto puede ocasionar un encharcamiento  del sustrato, el cual se apelmaza dificultando así su drenaje y perjudicando el proceso de oxigenación de las raíces.

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Niveles de humedad recomendados según la etapa de crecimiento de la marihuana en climas húmedos

  • Plántulas y esquejes

Hasta que las plántulas y esquejes empiecen a desarrollar un fuerte sistema radicular, estos demandarán altos niveles de humedad. La mayoría de cultivadores mantienen unos porcentajes del 60-70% de vapor de agua. Por el contrario, valores superiores al 80% también pueden ocasionar la aparición de moho y podredumbre.

  • Fase vegetativa

Durante esta etapa, el ejemplar ya ha desarrollado una masa radicular lo bastante significativa para poder sustraer los nutrientes y minerales del sustrato. Necesitará unos niveles de humedad ligeramente menores, aproximadamente, de entre 50-60%, con una temperatura que debe mantenerse entre los 22-28 ºC por el día y entre 18-22ºC durante la noche.

  • Fase floral

Al comienzo de la floración, hay que establecer unos niveles entre el 40 y el 50% de humedad y mantener una temperatura de 20-26 ºC. Sin embargo, en la segunda parte de la etapa floral hay que reducirla a un 40%, siendo preferible reducir estos porcentajes las dos últimas semanas para que el vapor de agua no se asiente en los cogollos provocando la formación de moho y mildiu. 

Secado y curado de la marihuana en climas húmedos

Cuando la etapa floral haya finalizado, los cogollos estarán listos para la cosecha y su posterior secado y manicurado. Es de vital importancia que este primer proceso se desempeñe de manera lenta y controlada con unos niveles de humedad del 50% como máximo.

Hay que tener en cuenta la diferencia entre secado, que consiste en eliminar toda la humedad del cogollo, y el curado, que supone su almacenamiento en contenedores cerrados para eliminar los restos de clorofila y potenciar su sabor y aroma. En este paso, será interesante utilizar las bolsas Bóveda, diseñadas para mantener un ambiente óptimo en todo momento, proporcionando los niveles de humedad adecuados durante el almacenamiento de la cosecha. 

Tras un periodo de secado que puede alargarse hasta los 14 días, dependiendo de las condiciones climáticas y de la sala donde se lleve a cabo el proceso, estos estarán listos para ser curados en un tarro hermético de vidrio, sin que queden muy apretados en su interior y no ocupen más de ¾ de su capacidad. Durante esta labor, se deben mantener unos niveles de humedad del 50%, sin olvidarse de airearlos al menos una vez al día durante 15 minutos.

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Control de la humedad en cultivos de interior 

Controlar los niveles de vapor de agua en cultivos bajo focos es posible gracias a una serie de herramientas. Los equipos de medición de humedad y temperatura, como por ejemplo los termohigrómetros son unos utensilios básicos para llevar a cabo un buen control del ambiente dentro de un cuarto de cultivo.

Para proporcionar un correcto y constante flujo de aire, nunca será suficiente con mantener las puertas y ventanas abiertas. Una instalación adecuada incluye principalmente extractores, intractores y deshumidificadores. Los primeros se encargan de extraer el aire de la sala o armario de cultivo, siendo de vital importancia que se lleve a cabo un constante mantenimiento de estos. 

Por otro lado, el intractor realiza la función contraria, al introducir aire limpio del exterior, utilizando un complejo sistema con tubos de aluminio. Además, el uso de deshumidificadores o humidificadores también es una alternativa interesante y efectiva en estos casos, puesto que regulan los parámetros de humedad acaecidos en la sala. Por último, los ventiladores colocados de forma estratégica proporcionarán una corriente de aire impidiendo que este se acumule en el ambiente. 

Si, por el contrario, el objetivo es aumentar los niveles de vapor de agua en el aire, hay que tener en cuenta que los pulverizadores son solamente soluciones a corto plazo. Optar por sistemas que mantengan la tierra húmeda de forma automática y controlada, es una buena opción. En este caso, se recomienda utilizar métodos como el riego automático por goteo, micro-aspersión e inundación.

Unos ejemplares dotados de un ambiente óptimo, centrarán toda la energía en desarrollar una estructura más fuerte, con un sistema radicular potente, y con un mayor número de brotes que proporcionarán cogollos compactos y densos repletos de tricomas.

Control de la humedad en cultivos de exterior

Controlar que las distintas adversidades meteorológicas no perjudiquen el cultivo es una tarea compleja, por ello, tomar las precauciones oportunas para evitar futuros contratiempos, será la opción más acertada.

Llevar un control de la marihuana en climas excesivamente húmedos, es de vital importancia que las cepas que se cultiven tengan una gran resistencia y adaptabilidad. Otra premisa a seguir es seleccionar variedades de rápido crecimiento y temprana floración, así podrán ser cosechadas antes de que lleguen las características fuertes lluvias de octubre.

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Un ejemplar que reúne todas estas peticiones es Durban Poison del célebre banco de semillas Dutch Passion. Esta genética originaria del sur de África, concretamente de la ciudad de Durban, se adapta a los climas extremos que encontramos en dicha región, donde las temperaturas gélidas nocturnas pueden incluso bajar de 0ºC en zonas montañosas. Durante la década de los 70, muchos fanáticos europeos buscaban incansablemente estas variedades, puesto que su cruce con cepas holandesas generaba híbridos extremadamente resistentes a la intemperie, brindando además unos colores y aromas, muy llamativos para aquella época. Tras años de selección, la Durban Poison se ha ido adaptando cada vez más a condiciones climatológicas adversas hasta crear una variante potente y fuerte, perfecta para climas húmedos.

Otra de las variedades recomendadas es Jack Herer 100% feminizada de Sensi Seeds, un polihibrido nacido del cruce de Haze x Jack Herer x Skunk. De sus progenitores ha heredado su gran resistencia y su corto periodo de floración. Se trata de un ejemplar equilibrado (50% de genes sativa y 50% de índicos) con unos cogollos potentes y compactos llenos de tricomas.

Por último, Moby Dick es una variedad especialmente diseñada para climas húmedos dada su alta tolerancia al moho y otras plagas. Además es conocida por los cultivadores por su alta productividad y su altura eminente, llegando a alcanzar hasta los 4 metros en exterior. Para que se desarrolle con total esplendor, necesita un sustrato rico en nutrientes y minerales con la cantidad adecuada de nitrógeno, fósforo y potasio. Hay que mantener un pH que no supere el 6.5 para que la planta no sufra deficiencia de hierro y provoque clorosis férrica, afectando a su metabolismo y a la síntesis de clorofila.

Si la humedad se incrementa descontroladamente, es conveniente ajustar adecuadamente el pH del riego para evitar invasiones de hongos oportunistas. Así mismo, se debe utilizar preventivos foliares, fungicidas naturales como la cola de caballo u otros recursos orgánicos. Otro apunte a tener en cuenta es no cubrir el plantío con plásticos u otro tipo de materiales durante periodos de lluvias, pues la condensación puede ocasionar otros problemas como cambios desfavorables en la morfología de los ejemplares o la aparición de otros patógenos.

Las plantas de marihuana en climas húmedos son muy sensibles. En cada uno de sus ciclos vitales demandan niveles precisos de humedad, luz, agua o fertilización. El vapor de agua es necesario para un correcto crecimiento; sin embargo, como se ha podido comprobar, existen momentos concretos durante el cultivo donde la humedad  tiene que estar controlada de manera precisa para evitar la aparición de moho como la roya. Dotar al ejemplar de un ambiente óptimo en cada etapa de crecimiento proporcionará estructuras densas y fuertes, con plantas repletas de compactos cálices con un sabor y aroma superior. 

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Erik Collado

Con más de 10 años de experiencia en la industria del cannabis, sus experiencias y aprendizaje son la base del éxito de GB The Green Brand.

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