El cannabis puede ayudar con el Alzheimer removiendo las placas de proteínas que se forman en el cerebro a partir de las mismas células cerebrales. Según un estudio del instituto Salk, el THC tiene la capacidad de remover el beta-amiloide, proteína tóxica asociada al Alzheimer. El cannabis ya demostró ser neuroprotector no solo con ese tipo de enfermedad, sino también con glaucoma y todo tipo de enfermedad capaz de afectar a células neuronales, el CBD es el culpable de tal protección, siempre y cuando nos quedemos en un 15 mg por día, al subir esa dosis, nos provocará un aumento de presión, cosa que en alguna que otra enfermedad puede ser contraproducente.
Recordamos que el Alzheimer es una enfermedad siempre más en aumento, esa proteína parece que limita la actividad de las neuronas así provocando demencia, pérdida de memoria, donde nos limitan en desarrollar las tareas diarias, es una enfermedad degenerativa, y puede llegar a provocar hasta la muerte. Se sabe que esta proteína se acumula ya antes de manifestar síntomas de Alzheimer en las células nerviosas, pero el motivo de la formación de estas placas todavía queda desconocido.
El equipo del instituto de Salk trabajó sobre unas células neuronales a las cuales se le aplicó un tratamiento para formar la beta-amiloide, se ha confirmado como el exceso de esta proteína es capaz hasta de matar neuronas después de una inflamación constante, cuando el THC entra en contacto con ella, se nota una reducción del nivel de beta-amiloide, con una consecuente reducción de inflamación de la neurona, hasta eliminar la proteína y así seguir viviendo, noticia apoyada por el doctor Antonio Currais. El daño más grave es la inflamación ya que dificulta la interacción con las otras neuronas, cosa que influye más todavía en las manifestaciones de esta enfermedad.
Con este estudio se quiere demostrar el efecto letal de tal inflamación y la reacción cerebral a los estímulos de los cannabinoides, para nuestras neuronas no es cosa nueva ese tipo de estímulo, desde que nacemos nos proporcionan este tipo de estimulación con la leche materna, en ella podemos encontrarnos endocannabinoides, lípidos muy parecidos a los cannabinoides que más conocemos.
En otro estudio que se hizo de manera contemporánea al anterior, se presenta al mundo farmacéutico un nuevo «medicamento» llamado J147, esta droga parece capaz de disolver la el exceso de beta-amiloide. Pero, como todo medicamento, tiene efectos secundarios, a diferencia del cannabis, de hecho, hay una sustancia que se conoce como THL (tetrahydrolipstatin) en un principio parece ser de la familia del THC pero en realidad poco tiene a que ver con él, su poder de disolución de la proteína, pero por el otro lado tiene bastante efectos secundarios y graves.
Junto a la prostaglandina, a los leucotrienos, el ácido araquidónico forma parte de una larga familia de endocannabinoides, a diferencia de otros, ese cannabinoide va directo al CB1, receptor sujeto a la mayor captación de cannabinoides y endocannabinboides, y así trasformando el AA (ácido araquidónico) desde el ácido linoleico. Año tras año, lo que parecía imposible, ya es posible, y cuanto más podamos investigar sobre el tema, más sabremos cual es la opción mejor.
Autor: Fabio Inga
